17 días de ingreso y otros tantos de ida y venida al hospital a administrar el tratamiento: transfusión más correspondiente dosis de corticoides.

Está siendo muy duro para Celia, tanto a nivel físico como emocional. Con 18 años estar encerrada, aislada de tus amigos, compañeros, familia y además con un delicado estado de salud es una situación difícil de sobrellevar.
Ha tenido que detener en seco sus estudios porque gran parte de la materia son prácticas, que necesitan estar en el lugar y por supuesto desplazamiento.
No obstante si el sistema la deja continuará, porque tenemos que decir que no está preparado para alumnos como Celia que no puedan estar siempre físicamente en clase. No hay ninguna medida al respecto para solucionar esta situación y que pueda sentirse integrada.
Sinceramente falta empatía y medios en el ámbito universitario.
Como siempre decimos podríamos seguir escribiendo sobre la injusticia que supone padecer una enfermedad ultrarara, que nos ha tocado genéticamente por mala suerte, sobre la que nos rebelamos, pero hay momentos en que parece imposible luchar contra gigantes.
Sí queremos dar las gracias por el trato recibido en la planta y en el hospital de día por parte del personal sanitario, particularmente enfermeros y auxiliares, se convierten realmente en nuestra familia y así los sentimos.
Queda aún recorrido, ahora reposo en casa y observación, hasta que la rodilla esté totalmente curada, todavía quedan restos de sangre en el interior que el organismo ha reabsorber.
Y posteriormente seguramente rehabilitación. Más paciencia y espera.
También queremos agradeceros las muestras de cariño que hemos recibido de todos vosotros, que siempre nos ayudan a continuar hacia adelante, porque no hay plan B.
UN TRATAMIENTO EFICAZ Y LA INVESTIGACIÓN, ES NUESTRA ÚNICA ESPERANZA
Somos humanos, no sabemos hasta cuándo vamos a poder resistir tantas sacudidas que nos da la vida.